jueves, octubre 06, 2005

Usando mis super poderes

Como todo friky que se precie, yo también tengo super-poderes. Ayer los estuve usando (bueno, sólo la técnica "irresistiblemente encantador" -como woody cuando bebe-). Sí, sí, ya sé que es abusar y que no debería, pero me encuentro en condiciones tan adversas que casi estamos hablando de supervivencia. Otro super poder, pero más espectacular y de devastadores efectos consiste en "concentrar el golpe ético"... como es un poco complicadito de explicar, lo dejaremos para más adelante. Además, la situación tampoco requería sacar el arsenal pesado y con autoinducirme el modo "irresistiblemente encantador" un par de veces, fue suficiente.

Ahí estoy, concentrando el golpe ético

En el mundo real (el de los humanos que se socializaron sin demasiados problemas) el modo encantador les sale espontáneamente cuando están con gente, o cuando tienen un buen día. A mi no me pasa así. Aprendí los primeros niveles de "irresistiblemente encantador" en medio de la cruel batalla que era para mi la vida durante la infancia y la adolescencia. Recuerdo con cariño cuando conseguí utilizar a mi antojo y con éxito el nivel número uno de este práctico super poder. Se llamaba: "comportarse de manera que nadie quiera pegarte". Fui capaz de usarlo durante los recreos y la clase de educación física en primero de BUP (14 años). Era capaz de mantenerlo largos ratos y activarlo no me requería más de un par de minutos. Como siempre he sido un perfeccionista, durante los siguientes dos años, no paré hasta conseguir hacerme con la técnica "por tu padre, no la cagues"... Este segundo nivel fue todo un descubrimiento... ¡no sólo evitaba la violencia contra mi persona, sino que conseguía pasar desapercibido! Pasar desapercibido era lo que en aquellos años yo llamaba ¨parecer normar¨(pronunciado tal y como Homer pronuncia ¨cerveeeza¨). Incluso, a veces, era capaz de desencadenar un peculiar "modo encantador". No era capaz de dominarlo. a veces salía, y aveces no. Jamas en público. Todo lo más delante de dos personas. Además, debía tener una poderosa motivación del estilo "convencemé para que no mate a tu mejor amigo"... Con el tiempo, fui capaz de activarlo a voluntad, de aplicarlo con muchos más grados de intensidad y (lo más difícil) con grupos enteros. "Ligarse" a un colectivo de doce personas totalmente desconocidas, es una prueba de lo que se puede conseguir con el super poder "demasiado encantador". La parte mala es que consume energía tras mucho uso de "irresistiblemente encantador", me entran ganas de encerrarme en mi cuarto y darle caña al ordenador o, cualquier cosa así. A veces, cuando tengo confianza, le cuento a algún recién conocido que yo soy un friky y que siempre he sido muy tímido... la mayor parte de las ocasiones se enfandan porque piensan que les estoy tomando el pelo.

Pues eso, ayer me autoinvité a través de Celia a cenar a una comunidad intencional de ecologistas. En esta universidad dejan que ciertos grupos de gente afín vivan juntos. esto tiene maravillosos efectos:
a) en primer lugar compesa el excesivo poder de las fraternidades, creando otros núcleos de dormitorios basado en estilos de vida que no son necesariamente el de "soy un cerdo patriarcal ansioso de dinero y poder" o el de "soy animadora y me parece galante cuando alguién me levanta la falda en una fiesta". Hay comunidades intencionales de izquierdistas, de ecologistas, de conservadores... (los miembros deben hacer algo, como colaborar con los movimientos sociales, trabajar en el invernadero de la comuna ecolo y cocinar un dia a la semana o algo así).
b) en segundo lugar, hace felices a los miembros de estos grupos porque pueden desarrollar sus aficiones (que requieren compañeritos) y porque viven en sitios bonitos SIN compartir habitación (sólo cocina, salón e ideas).
c) Las comunidades intencionales (y las fraternidades), además, hacen felices al resto de estudiantes. Mediante la sustracción de los individuos más dogmáticos e ideologizados (para bien o para mal), la vida de todos es más sencilla. En los demás dormitorios disfrutan de la paz de no tener al Reciclador Vigilante, al panfletario de la UCE comiendoles la chola sobre el siguiente salto cualitativo, al pirao republicano discutiendo sobre la guerra de Irak o a los gilipollas de las fraternidades colocando cámaras en el baño de las chicas... todos tan contentos. Excepto el de la UCE, que tiene que perseguir a sus víctimas por el campus.

Me fui para allá (in creible, el pedazo de caserón que tienen los cabrones de los ecologistas). Eché una mano con la cena, estuve asquerosamente encantador con todo el mundo (lo típico, preparando unos pastelitos de patata orgánica, flirteando subliminalmente con todos, hablando y oyendo de las aficiones de cada uno, repitiendo mil veces que vengo de España y que si, que es un lugar mágico y encandor, pero moderno y próspero y que hicieron muy bien al ir o que hacen muy bien con esos planes de ir que tienen; pidiéndole Ska al de la colección de vinilos y admirando las habiliades de the skatalites... "oh, a mi me encanta Desmond Decker", criticando a Bush, pero siendo un poco controvertido respecto a mi opinión de que la vilencia puede ser necesaria en algunas ocasiones)... cuando todo resultó comido y fregado, me volví para el kelo.

Creo que voy a coger costumbre de acercarme una vez por semana (me lo pasé muy bien, aunque contado cinicamente no lo parezca). eso ya es de por si un premio. Si, además, consigo que me dejen mudarme allí voy a haber roto toda la pana.

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