domingo, enero 22, 2006

Monster of the night

Ahí estaba yo... con unos cuantos dias extras para pasarlos en Madrid y con poco más que hacer que distraer mis tendencias depresivas y recordar a mi amor habitante de centrouropa. Compré el billete para el lunes y aquel mismo jueves me mudé del zulo del amor hacia la Casa de Lavapiés (de Antonio)... coincidencias del destino, una de los tres habitantes de la Casa de Lavapies es una estudiante erasmus, llamémosla A. A es alta, tiene gafas de pasta, una sonrisa recta, dos piercings, un tatu en la baja espalda (esta así, como muy buena) estudia lo mismo que yo, es de partido troskista de toda la vida, pero formal y con novio. (que tampoco quiere decir mucho porque, a estas alturas de la pelicula, todas tenemos un novio... y no, este post no va de como acabamos en la cama porque eso no ocurrió). Desde el primer momento de mi minimudanza, A y yo pasamos bastante tiempo juntos: "te apetece que hagamos algo de cena?", "mañana quedamos en la facultad y luego hacemos una tarta de chocolate" "ya que estamos vamos al Retiro... y a la Fnac... espera que te enseño el Zulo del amor y así conoces a mis antiguos anfitriones"...
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Al verme así acompañado, los amigos preguntaban, o simplemente animaban con fervor: "ese migue, oe". Y yo les tenía que explicar que no. Que quedamos por hacernos compañía, que todo en su lenguaje corporal y forma de manejarse dejaba muy claro que la intimidad física no sería comprometida en las cuatro noches de cohabitación. Yo lo llamo "la cola de tareas". Andaba siempre muy rápida, de manera que los trayectos no eran paseos, sino intermedios de publicidad. Una vez llegados al lugar las tareas crecían: "vamos al palacio de cristal, entremos en la exposición", "busquemos un café". Sentados en el café todo era un ir por azucar, por tabaco, a pedir fuego, a encender un cigarro, a encender otro y otro, a pedir la cuenta y de nuevo en el camino... todo, tal y como diría Serrat, "sin tocarse un hojal, ni tan sólo una uña".
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Pero los estudiantes erasmus son como las cerezas: rara vez coges una sola. En el caso de A eso era especialmente cierto. A es el mascaron de proa de un equipo que incluye a otras dos erasmistas, una un poco más formal y otra un poco más "alocada". Pero la sorpresa saltó con el equipo visitante de Granada: otras dos chicas de la misma situación (francesas, erasmistas y sociólogas). El viernes, con el jaleo de las visitas (y por alguna otras razones que estarán, pero no se me alcanzan ahora) A pasó totalmente de mi: ni buenos días (cuando antes nos dábamos dos besos muy formales cada vez que nos perdíamos de vista por más de una hora). Así, a los tres elementos del equipo A se le unieron dos más.
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Ese viernes no había plan, estabamos todas muy cansadas, pero también nos podíamos tomar una cervecita en Lavapiés... A comenzó a venderme con poco éxito las cualidades sin par de su amiga alocada (todo marketing mas allá de la oferta clara y verdadera suele tener un efecto contraproducente en mi... además, le había empezado a coger cariño a A).
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La cerveza en el bar de la esquina se transformó en vinos en "La escalera de Jacob" (que es un garito con muuy buen rollo, sin garrafón y con precios muy baratitos). Allí fue dónde entró en escena uno de los refuerzos de Granada... llamémosla O (por lo del ononimato). O es pequeñita y muy menuda, de las que de pequeñas jugaban al fútbol con los chicos. Socióloga, anarkoide, hipster, hedonista y muy informal... tiene voz de terciopelo, como atrapada en una resaca permanente. Mientras sus eternos pantalones tailandeses dos tallas mayores de lo debido no son capaces de ocultar lo buena que está, sus camisetas ceñidas gritan la belleza de su cuerpo al mundo... pelo lacio y largo, bajo una gorra de corte italiano, labios que adoptan la posición de morritos a menudo y hoyuelos de antiguos piercing (y no, este post tampoco va de O y yo en la cama porque no ocurrió... me estoy convirtiendo en todo un Carpanta del sexo).
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O me sedujo, me ligó con un descaro que había visto pocas veces. Al entrar, decía de pedir vino francés y cuando le iba a tocar las narices chovinistas metiéndome con sus caldos, me dijo que a ella en realidad los vinos franceses le importaban un carajo (o se la sudaban, o le daban igual) y que si no, pues un coñac. Por seguir la broma, la invité a una copa de brandy. Hubo un poco de charla general de grupo (en la que A me informó de que el novio de O llegaba al dia siguiente), algunos rocecillos múltiples y balanceos de brazos al ritmo de la música antes de que O me hablara al oido. No recuerdo exactamente qué me dijo, ni en qué idioma (porque una de las diversiones de la noche había sido cambiar del castellano, al francés o al inglés en cada frase) pero recuerdo que lo dijo bien. Venía a ser algo así: "en la cena quería hablarte pero todos hacían ruido. Eres un tipo muy especial y me has parecido encantador. Ya lo sabes, mañana por la mañana viene mi novio, él empieza su erasmus y quiere que vivamos juntos en Granada. Y yo lo quiero, pero no me acaba de convercer la idea. Y, por ejemplo, esta noche te he visto a tí y...". Me pasó la mano por la espalda sabiendo cómo tocar y se me fue arrimando. Yo tragué saliva y pensé "tengo que aprender de esta chica para cuando quiera tirale los tejos a alguien" mientras, yo colaboraba en la aproximación y también le tocaba la espalda (que, ya puestos, terminé por cogerle el culo un poco, que me tenía intrigado asomándose y escondiéndose dentro de aquellos pantalones grandes). Luego disimulamos, que había público.
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El resto de componentes del equipo A se había tomado lo de "una cervecita y ya está" en el estricto senido de la frase y se fueron a sus casas. Así que nos quedamos los tres un poquito más... "¿porqué no?". O y yo ya nos besábamos de vez en cuando y ella, con una considerable merma verbal debida al alcohol y al calentón, decía: "Uf!"... Entonces, A la mandó por más vino y en su ausencia, me besó abrazándose fuerte. Para que O no se preocupara por el panorama que se encontró al llegar, la besé de nuevo. Y, a su vez, los besos compensatorios para O debían ser compensados con otros para A... Ibamos ya borrachuzos y en modo amasijo abrazado a A me besaba con O... además, los tres íbamos a dormir en la Casa de Lavapiés... la propuesta estaba clara y yo la saqué: "vamonos todos a la cama de Antonio, que cabemos".... mañana: el fatal desenlace...
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From The Rocky Horror Picture Show:
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I was feeling done in,
couldn't win
I'd only ever kissed before.
I thought there's no use getting
Into heavy petting
It only leads to trouble
And seat wetting.
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Now all I want to know is how to go.
I've tasted blood and I want more.
{echo} More, more, more
I'll put up no resistance
I want to stay at distance
I've got an itch to scratch
I need assistance.
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Toucha toucha toucha touch me
I want to be dirty
Thrill me, chill me, fulfil me
Creature of the night.
Then if anything grows,
while you pose,
I'll oil you up and rub you down.
Down, down, down.
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And that's just one small fraction
of the main attraction
You need a friendly hand
and I need action.
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Toucha toucha toucha touch me
I want to be dirty.
Thrill me, chill me, fulfil me,
.
Creature of the night.
Creature of the night
Creature of the night?
Creature of the night.
Creature of the night.
Creature of the night.
Creature of the night.
Creature of the night.
Creature of the night.

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