jueves, enero 19, 2006

Marea baja, mar vacío

Sí, sí llevo un mes descuidando el blog... Aqui sigo, en Madrid, que se ha convertido paradogicamente en un exilio dentro del exilio. Invitado de honor en mi propia ciudad, me he estado dediando a temas de intendencia. Solucionar la "cuestión nuevo portatil", la matricula en mi universidad de origen, la matricula en mi universidad de destino, papeles del visado que habia perdido y el vuelo de vuelta. Me cancelaron la reserva que tenía y finalmente haré noche en Dublín (adoro el confort de los acogedores aeropuertos Irlandeses), luego haré noche en Nueva York -pero en casa de colegas- y el 25 será el día de mi vuelta triunfal. Entonces, haré una gran entrada en Burlington y tomaré posesión de mi cuarto en la casa compartida que será mi nuevo hogar temporal.

Todo ha ido saliendo con bastante calma, por no decir a trompicones. Mientras tanto, me he arropado con el cariño de mis amigüitos y observo con rabia como vamos cayendo uno tras otro en la medicación. Los que tienen buenos puestos y mandan y cobran, se agobian por el estress inherente al cargo... ahora, que el premio gordo y las oposiciones al taque de pánico recaen con más cariño sobre los que se enfrentan al lado obscuro del mercado laboral...

Yo, de momento, no tengo mucha ilusión. Sin rumbo, mis cilotimias campan a sus anchas, aunque, de momento, aguanto sin prozac... en vez de en terapia, me lo gasto en movil y en charlar con los que quiero (cosa que recomiendo a todos los que estéis un poco precarios). Ya estaba enmontañarusado cuando me cruzé con mi amor platónico: me recogió en la estación, revoloteó en torno durante un par de días y, con un abrazo intenso de amistad reconcentrada, volvió a levantar el vuelo. Como sustitutivo, la creé en los sims 2, le puse un columpio en el patio y el dí un gran beso. Al despertar de esa siesta, ya no sentía pena por su lejanía.

Si lo que quieres es vivir cien años no
pruebes los licores del placer,
si eres alérgico a los desengaños
olvídate de esa mujer.

Compra una máscara antigas,
mantente dentro de la ley,
si lo que quieres es vivir cien años haz
músculos de cinco a seis.

Y ponte gomina que no te despeine
el vientecillo de la libertad,
funda un hogar en el que nunca reine
más rey que la seguridad.

Evita el humo de los clubs,
reduce la velocidad,
si lo que quieres es vivir cien años
vacúnate contra el azar.

Deja pasar la tentación, dile a
esachica que no llame más,
y si protesta el corazón en
la farmacia puedes preguntar
"¿Venden pastillas para no soñar?"

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