Fiebre del Sádabo Chone

Bueno, pues el día de lo del estudio del tabaco, estaba tan efurruñado, que no fuí a la reunión... del club de salsa. Tengo planeado hacer algo de ejercicio una vez por día (seis dias a la semana -amor propio no cuenta como deporte-). Voy al club de taekuondo los martes, los miércoles y los jueves (quería ir también a aikido, pero está muy lejos)... los siguientes clubs a los que quería asistir son el de salsa y el de esgrima (pero parece que el de esgrima está muy pero que muy muerto).

Yo soy un poco pato. Los que me habeis visto andar lo sabéis. Asegura Aude que son andares inconfundibles -y algo cómicos- (de siempre pensé que echaba un pie y luego el otro, pero parece que no). Eso si, yo soy un pato pero un pato danzarín. Salvando las distancias con Juanito Travuelta, los Vermonteros disfrutan cada sábado de imágenes parecidas a la de la foto.

Me perdí la primera reunión por lo del disgusto. Pero no era importante (ni el disgusto, ni la reunión). Ayer fue la primera mini clase (y hoy es la clase en serio). Aprendimos sólo tres pasos. Cada paso se repite cuatro veces (tres por cuatro doce) y todo se repite las veces que haga falta (doce por X, 24, 36, 48... toda la noche bailando). Bueno, de nueve a once). Era muy fácil, pero le cogí el truco rápido y sigo el ritmo... incluso diría que con cierto estilito. Hasta ahora había bailado así como improvisando, pero tiene la gracia lo de saberse unos pasos. Con los pasos fijos, te puedes coordinar y hacer trabajo en equipo. Lo que más me gustan son como las piruetitas. Hay una en la que te sueltas de una mano 'pero no de la otra' y los dos girais hacia la izquierda y mirais al público -es un poner- y estiras el brazo suelto y dices "Chas!" y volveis a girar para miraros y poner las manos juntas otra vez. Difícil de explicar, pero facilísimo y divertido de hacer).

Bailé un montón y fue genial y esta noche van a salir chispas del parket de la capilla en la que vamos a tener la clase (o lo que sea).