sábado, febrero 11, 2006

Un lince entre gatos monteses

El dibujito este (o variaciones) están por todas partes Es la mascota de la uni, de los equipos de deporte, nuestra tarjeta de estudiante tiene una función llamada arañazo de gato (gastar dinero vamos), hay una estatua del bicho, huellas por el suelo, y... todos somos gatos monteses. Bueno casi todos.

Cito de G. Marchetti: "The film codes him as both: "attractive” and “dangerous.” His clothes display his wealth and taste; his heavy Hispanic accent codes him as “foreign”; his tall, slender frame and Latin features allow him to be considered sexually alluring... However, Joan Swan realizes, when trapped in the middle of a gun fight between Zolo and the hero Jack Colten (Michael Douglas), that Zolo is her enemy [...] the villain represents utter contempt for all those things American society holds most sacred - e.g., middle-class respectability, the nuclear family, suburban material comfort, law, order and patriotism".

Al principio me hizo gracia puntuar en todas las características del malo de las pelis americanas (pense en pedirles royalties por usarme como personaje). Pero de repente crucé datos y me entró un poco de mosqueo, porque me empiezan a cobrar sentido algunas interacciones con la población local.

El dato fuerte es que ya me ha pasado con tres (3) americanitas que nos enrollamos (o hay un serio tonteo) y, sin mediar palabra, preferirían ver cortada su mano izquierda que volverme a hablar. El caso más sangrante es el de Leatha porque habíamos hablado bastante y somos compis de casa. Juro haberme comportado bien, creo no haber dicho nada ofensivo y que los besos, caricias... fueron dispensados con talento, dominio de la técnica y mutua alegría.

También noto la desconfianza de alguna que otra compi de clase y ahora sé que la ley de las doce palabras (saludar a compis y conocidos con doce palabras o menos si te los encuentras en la ciudad o en una fiesta) no es universal, se aplica a uns si y a otros no.

Con los tíos también pasa. Veo el miedo en el fondo de sus ojos. Ese miedo suele aflorar en un comportamiento de mucho respeto y de un poco de parálisis si los miro muy directamente... (decía un belga de un gitano cantaor que estaba grabando: "no me puedo mover cuando me mira")

Excepciones: no me pasa con los inmigrantes sudamericanos, con los estudiantes internacionales, con los fresquitos de Mc Ann Hall, con la mayoría de los hippies, con los funcionarios o profesores de la facultad (ni con un buen porcentaje de los americanos típicos)... pero el comportamiento es recurrente. (Y yo diría que racista).

Con mis patillas, un tono más oscuro y como rareza única y exótica, yo soy un lince entre gatos monteses.

(y añadiría, ni punto de comparación, pero os dejo dos fotos para que juzgueis por vosotros mismos... ¿Cual de estos dos gatos se acaba de caer de un Guindo y cuál sabe de que va el rollo?).



3 comentarios:

@czujko dijo...

Leo y no puedo creer que seas tan concreto, ¿sólo es cuestión de NORTEamericanos e hispanos? Esa raruna que llevas contigo y la sensación de ser el lince podría deberse al desarraigo, a que no eres uno más, no estás dónde deberías por naturaleza -y esto es aprendido no importa el tiempo, mi caso es el perfecto ejemplo 30 años y desarraigado y lince-
Habrá particularidades entre los NORTEamericanos: los españoles sois envidiosos e hipócritas, ¿son desconfiados los yanquis? ¿tienen complejo de superioridad? Dicho complejo evoluciona, quizá, con los años de roce con el INMIGRANTE, que nunca obtiene su condición de CIUDADANO hecho y derecho, con hechos y derechos -aunque sea a un segundo polvo- Moros, ecuatorianos, colombianos no son como noruegos o ingleses, en un término medio los argentinos porque llegamos antes y tenemos mucha labia, cuidadín con las novias... porque trajimos el psicoanálisis y la odontología. ¿Qué oportunidad se les da a los demás? ¿Qué podrían aportar, además de mano de obra barata?
Dímelo migue, ¿debemos quedarnos dónde y como nos educaron?

the Migue dijo...

En dos cosas más razón que un santo.

1 Es verdad, no es sólo una cuestión de nacionalidades se añaden el frikismo y la raza... yo he sido un friki desde chico, siempre he estado en un sitio "que no era el mío", pero claro, no se me notaba en la cara, ni en cuanto abría la boeca (o no tanto)

2 Maaaal, mala confusión... sory... sólo un porcentaje no mayoritario de los NORTEamericanos son los que tienen ese estereotipo. Y de ellos, no es por maldad, sino que casi que no se dan cuenta.

Y también es verdad que lo del racismo, las desconfianzas y demás actitudes simpáticas campan por doquiera... pero siempre lo había visto como esa cosa mala que les pasa a los demás... ahora lo veo como esa cosa mala que me pasa a mi.

Respecto si deberíamos quedarnos dónde nos educaron... no lo se, pero yo cada vez tengo más ganas de volverme al Coto de Doñana.

@czujko dijo...

¡Qué bueno sería que todo el mundo sintiera eso aunque sólo fuera por un ratito! Trataríamos mejor lo que nos llega, les daríamos una oportunidad.
En cuanto a lo de Doñana, bienvenido al club del desarraigo -no exclusivo de los que viajan,pero...- del desarraigo más profundo, la nostalgia añadida a la propia, si ya eras extraño entre los tuyos,que ya nunca perderás... por haberte ido BOLUDO!

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